Primera reflexión: ¿qué aspectos de tu vida académica te gustaría
encontrarte en un futuro? ¿qué has aprendido?
A lo largo de tu vida académica te planteas muchas veces aquellas cosas que
te gustaría que volviesen a repetirse, así como las que no. Y cuando piensas en
las cosas positivas, te acuerdas sobre todo de aquellas personas que viste por
primera vez y te hicieron parte de su vida, aquel profesor o profesora que daba
sus clases con una pasión que te dejaban anclado a la silla hasta que terminaba
sus largos monólogos, de aquellas horas muertas que pasabas charlando, leyendo
e incluso durmiendo en un rincón de la biblioteca.
Los años pasan, y los planos van cambiando, pero todo ello hace que te
plantees lo que echas de menos de cada etapa: la falta de responsabilidades,
las clases de filosofía y literatura, las de matemáticas (aunque no tanto), los
amigos... Sin duda, tu etapa universitaria es la que más añorarás, añorarás
esas clases que elegiste y te gustaron, y las que no elegiste y no te gustaron
tanto pero terminaron sacándote alguna que otra palabra de agradecimiento.
Si pudiera encontrarme algo nuevamente en mi vida, sería sin duda las ganas
de aprender que me trajeron donde estoy, las ganas de superarme cada día y con
cada palabra, y las ganas de extraer de los demás los conocimientos que algún
día también fueron de otros.
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